Todo responde al espíritu de esta complicación. Bajo la esfera de nácar, delicadamente teñida de azul y con la parte superior calada, un gran disco celeste, también de nácar, luce una luna blanca adornada con Super-LumiNova y sombras pintadas a mano. Cerca, las constelaciones Osa Mayor y Casiopea completan la escena.
El Perpetual Moon 38 Gold presenta así dos caras. La primera es la caja de oro engastada y su esfera de nácar que evoca el día. La otra resplandece con una fría luz azul para representar la noche, cuando brillan las estrellas pintadas con material luminiscente y cuando la luz de la luna cobra realmente todo su esplendor.