Piedras de nacimiento
El concepto de piedras de nacimiento tiene raíces históricas que se remontan a la antigüedad, cuando se asociaban gemas específicas con los meses del año y los signos del zodiaco. A lo largo del tiempo, esta tradición evolucionó hasta convertirse en una guía para elegir joyas personalizadas y simbólica para regalar a nuestros seres más queridos. Además de su simbolismo, cada piedra de nacimiento tiene una belleza única que puede realzar cualquier tipo de joya.
Estos tipos de piedras preciosas, con su significado y belleza únicos, se usaban para expresar identidad y protección espiritual. La tradición de las piedras de nacimiento se originó en antiguas culturas como la india y la babilónica, donde se creía que cada gema tenía propiedades protectoras y energéticas. Más tarde, esta costumbre se extendió a Occidente, consolidándose como una forma significativa de personalizar la joyería.
Cada piedra, con su color y brillo característicos, representa valores, emociones y deseos universales. Hoy, este simbolismo sigue vivo, por lo que es habitual preguntarse cuál es mi piedra de nacimiento o por signo zodiacal. Elegir una joya con tu piedra de nacimiento es una forma de darle un toque personalizado y exclusivo a cualquier colección de joyas de lujo.
El granate, con su profundo color rojo, es una piedra que evoca fuerza, pasión y compromiso. Simboliza la protección y la amistad eterna, cualidades que han hecho de esta gema un talismán a lo largo de la historia. Aunque es más conocido en su tonalidad roja, el granate puede encontrarse en otros colores como verde y naranja, cada uno con un magnetismo especial. Es ideal para quienes buscan intensidad y calidez y perfectos para engastar en anillos de oro o pendientes.
La amatista, con su tonalidad violeta única, ha sido valorada durante siglos como una piedra de serenidad y claridad mental. En la antigüedad, se creía que esta piedra de nacimiento protegía contra las energías negativas y fomentaba la sobriedad emocional. Su tono púrpura, que varía de un lavanda suave a un púrpura intenso, transmite una sensación de calma y equilibrio, perfecta para quienes buscan armonía en sus vidas.
La aguamarina, conocida como la piedra del mar, es famosa por su tonalidad azul claro que evoca las aguas cristalinas. Asociada con la juventud, la esperanza y la tranquilidad, esta gema es un símbolo de renovación y frescura. Durante siglos, los marineros la llevaban como amuleto protector en sus travesías. Su luminosidad natural y su conexión con el agua la convierten en una piedra de calma y optimismo, usándose en muchos charms para pulseras por su gran belleza y carácter juvenil.
La piedra esmeralda, con su color verde vibrante, es la gema de la renovación, el crecimiento y la prosperidad. Admirada por civilizaciones antiguas como la egipcia, esta gema es un símbolo de sabiduría y abundancia. Su tono verde intenso, a menudo comparado con la naturaleza en su máxima expresión, transmite una energía de equilibrio y armonía que es difícil de igualar.
A diferencia de otras piedras preciosas, las perlas se forman en el interior de los moluscos, lo que les confiere un carácter natural y único. Con su superficie lisa y su brillo suave, las perlas simbolizan la pureza, la elegancia y la sabiduría adquirida con el tiempo. Han sido un emblema de refinamiento desde la antigüedad, cuando se consideraban un regalo de los dioses, y aún a día de hoy las perlas están en tendencia.
El rubí, con su intenso color rojo sangre, es la piedra de la pasión, el amor y la valentía. En muchas culturas, esta gema ha sido considerada un símbolo de poder y energía vital, por lo que no es raro escuchar que el rubí es la piedra de los monarcas. Su tonalidad roja, vibrante y magnética, parece contener un fuego interno que resalta su carácter dinámico y audaz. Es ideal para quienes buscan destacar y vivir con intensidad.
El ópalo es una de las piedras más fascinantes por su juego de colores único, que parece contener un arcoíris en su interior. Esta gema simboliza la creatividad, la inspiración y la esperanza. Cada ópalo es diferente, lo que realza su carácter singular y lo convierte en un reflejo de la originalidad. Su iridiscencia la hace parecer mágica, como si llevara consigo un trozo de universo.
El topacio es una gema versátil que se encuentra en una amplia gama de colores, desde el azul claro hasta el amarillo dorado. Esta piedra simboliza la alegría, la claridad y la expresión de emociones positivas. En la antigüedad, se creía que el topacio tenía el poder de disipar las dudas y llenar de energía a su portador. Su brillo cálido y alegre es un recordatorio constante de la gratitud y el optimismo.
La turquesa, con su vibrante tono azul-verde, ha sido venerada durante siglos como un amuleto de buena suerte y protección. Esta piedra preciosa está asociada con la calma, la espiritualidad y el equilibrio. Su color característico, que evoca paisajes de desiertos y cielos abiertos, transmite tranquilidad y conexión con la naturaleza.
Las piedras de nacimiento por signo zodiacal no son las mismas que según el mes de nacimiento, ya que están ligadas a los signos astrológicos que dependen de la posición del sol en el momento del nacimiento y no coinciden exactamente con los meses. Aunque algunas piedras pueden coincidir entre ambos sistemas, las zodiacales se eligen por su relación con la energía de cada signo.
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