Dar forma a lo natural
A la hora de hablar sobre joyas y piedras preciosas, es muy común que los términos “diamante” y “brillante” se utilicen de manera indistinta, lo cual puede generar confusión. Aunque están estrechamente relacionados, hay más de una diferencia entre diamante y brillante y no se pueden considerar lo mismo.
El diamante es un tipo de piedra preciosa compuesta exclusivamente de carbono. Se forma en las profundidades de la Tierra bajo condiciones extremas de calor y presión durante millones de años. Este proceso natural resulta en la creación de una estructura cristalina única que le otorga al diamante su característica dureza y resistencia excepcionales. De hecho, el diamante es el material más duro conocido por la ciencia, alcanzando el nivel 10 en la escala de Mohs. Ahora también hay la posibilidad de crearlos de manera artificial, pero resulta bastante costoso y se utiliza más que nada para el uso en sectores industriales debido a su gran dureza.
Los diamantes pueden encontrarse en una variedad de formas y colores, aunque los más apreciados son aquellos que son completamente transparentes. Sin embargo, también existen diamantes de colores, llamados diamantes fancy.
Un brillante no es una piedra diferente, sino un tipo de corte que se aplica a los diamantes (u otras piedras preciosas). El término brillante se utiliza específicamente para describir un tipo de talla de diamante redonda que maximiza el brillo y destello de la piedra.
El corte brillante fue desarrollado con el propósito de aumentar el número de facetas en una piedra preciosa, lo que maximiza la cantidad de luz que se refleja desde el interior del diamante y hacia fuera, generando un brillo extraordinario.
Los diamantes cortados en forma de brillante destacan por su gran capacidad para reflejar la luz. Esto se debe al diseño específico de sus facetas, que permite que la luz entre y rebote dentro del diamante antes de salir en forma de destellos intensos.
En cambio, otros cortes pueden ofrecer una apariencia más sutil, con destellos menos marcados pero con una elegancia diferente, perfecto para pendientes de novia. Si lo que buscas es maximizar el brillo y los reflejos, el corte brillante es ideal.
Los diamantes pueden ser tallados en diferentes formas, y no siempre se utilizan las facetas del corte brillante. Por ejemplo, hay diamantes que se cortan en forma de esmeralda, princesa, marquesa, o cojín. Cada uno de estos cortes tiene sus propias características y atributos visuales, al igual que el color de los diamantes. Un diamante solo se denomina “brillante” si ha sido tallado específicamente con el corte redondo que optimiza el brillo.
Forma redonda: El corte brillante más común es el redondo. Este diseño geométrico ha demostrado ser el más efectivo para maximizar el destello del diamante. A pesar de que hay otras formas, el brillante sigue siendo el preferido de muchos y muchas debido a su increíble capacidad para captar y reflejar la luz.
Brillo incomparable: Gracias al diseño de sus facetas, un brillante es capaz de emitir destellos de luz extremadamente vívidos, lo que da lugar a su nombre. Esta cualidad es lo que hace que los brillantes sean el corte preferido para joyas de boda y compromiso y relojes de lujo para mujer, ya que el brillo es un factor clave para destacar la belleza de la piedra. Aún así, es importante saber cómo limpiar diamantes y hacerlo regularmente para que siempre brillen con todo su explendor.
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